Jardinerías



En la vereda de nuestra biblioteca gatuna cultivamos un trozo de tierra para que allí creciera un pequeño jardín. Las vecinas se acercaron de a poco y, como las abejas, empezaron a cuidarlo también y a embellecer los suyos. Como si el entusiasmo se pudiera contagiar, como si la tierra volviera a ser nuestro patrimonio más preciado.
También las semillas se pueden leer, sirven para comprender la magia, para entender que en lo chiquito está contenido el universo.